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jueves, 17 de noviembre de 2011

Reflexion...

Las situaciones a las que nos enfrentamos a diario como personas, como padres o madres, nos pueden resultar confusas, dificiles de afrontar o de resolver, pero no son imposibles...Como seres humanos tenemos tres joyas preciosas en las manos, que en realidad no sabemos que las tenemos, hasta que alguien, nos lo dice...esas joyas preciosas son LA VOLUNTAD, LA INTELIGENCIA Y LA LIBERTAD....cuando logramos entender que estas joyas nos pertenecen, que nadie puede adueñarse de ellas a menos que lo permitamos...que con ellas podemos transformarnos, transformar lo que nos rodea y llegar a la plenitud de nuestras vidas, hasta ese momento son simplemente joyas, algo que esta alli, pero que no podemos verlas, pero cuando lo entendemos entonces LAS COSAS EMPIEZAN A CAMBIAR....

Pero que significan estas tres joyas?....algo muy sencillo de entender pero dificil de accionar, para eso necesitamos VALOR...

La VOLUNTAD,  nos da el deseo, las ganas, esa fuerza que te empuja a hacer algo que deseas o necesitas realizar, pero que todavia no te has atrevido...

La INTELIGENCIA, da la forma, los pasos que debes seguir para lograr tu meta, son todas tus ideas, tus estrategias, tu creatividad e inventiva, tu intuicion, ese algo que te dice ESTO PODRIA HACERLO...

La LIBERTAD,  te dice PUEDES, si tu QUIERES, PUEDES, nadie ni nada te detendra...solo tu mismo, tu eres quien te puedes detener...pero no lo hagas...ERES LIBRE, NO LO SABIAS??

LIBRE?...PERO PARA QUE? PARA QUE SOY LIBRE?.... jejeje PARA SER FELIZ.....NADA MAS PARA ESO!!!!

SONRIE!!!! SON BUENAS NOTICIAS....


Nidia Edel

miércoles, 16 de noviembre de 2011

EL CUENTO DE LA LIBEMOR

Viajaba yo en un tren en el vagón “fumador” y venía absorto observando cómo en el sillón de enfrente una señora jugaba con su hijo de más o menos un año de edad. Ella estaba casi recostada en el cómodo sillón del tren y su hijo yacía encima de ella. Sus rostros se hallaban frente a frente y manteniendo un juego secreto que a los dos hacía reír con ganas: se platicaban, se hacían gestos, se hacían cosquillas, se escondían. Yo descaradamente los veía porque su juego también a mí me acariciaba. De repente escuché una voz que me sacó del trance en que venía.

Le están tejiendo su “Libemor”-dijo la voz

Me di la vuelta para ver quién había hablado y vi que era una muchacha bonita, después supe que era un Hada.

Sí, me dijo- no puedes verla?

No- le respondí atónito- cómo dijiste?

Dije que la niño le están tejiendo su”Libemor”

Y después de una breve pausa, añadió: Ya casi está terminada!
Como en los trenes uno siempre tiene ganas de platicar –pregunté intrigado. Explícame qué es eso de “Libemor”. El Hada, que ya sabía que yo se lo iba a preguntar estaba lista para revelarme un gran secreto “Las Hadas no se aguantan las ganas de revelar secretos) y comenzó así:

El Mago Supremo le dio a la humanidad un don maravilloso le entregó las agujas “Alfada” que son las agujas mágicas con las que se teje la “Libemor”

Yo la miraba y escuchaba asombrado.

La “Libemor” continuó el Hada- es la capa mágica que cada madre teje a sus hijos y con la cual les confieren un enorme poder, el poder de amar.

Cada vez que una madre acaricia a su hijo, le habla, lo atiende, lo alimenta o juega con él, vuelan las agujas “alfada”, y dan una puntada, y si el empeño no ceja o la tarea no se interrumpe, más o menos a los dos años la “Libemor” cubre ya por completo al niño. Como la capa es invisible, nadie se explica por qué de repente se siente tan confiado, tan seguro de sí mismo, por qué de buenas a primeras ya no le importa separarse de mamá. Obviamente, dijo el Hada con suficiencia, es el enorme poder de su “Libemor”, lo que les permite actuar de esta manera aunque no siempre es así, -añadió el Hada con tristeza-

Por qué? Le pregunté.

Para tejer la “Libemor” de sus hijos las madres tienen que amarlos y atenderlos con ternura y solicitud y la tarea no debe interrumpirse hasta que la capa esté terminada. Si por alguna razón la madre y su hijo se separan antes de que esto ocurra, la capa se desteje…se le van los hilos.


Y de qué son los hilos? –pregunté

Son los hilos de energía vital que las madres toman de su propia “Libemor” Ellas destejen su capa para tejer la de sus hijos. No hay forma más perfecta de amar.

Y si no tienen “Libemor” Pregunté atemorizado

No deben tener hijos. Respondió terminante el Hada

Y se quedan sin nada al destejer su capa? Volví a preguntar

Eso a ellas les importa un comino –me respondió el Hada. Además, a ellas les abriga la “Libemor” de sus hijos y la de su amado.

De su amado?

Si, me dijo. Si ellas se sienten amadas podrán cumplir mejor con su tarea. Para que la “Libemor” te cubra toda la vida debe tener un número exacto de puntadas, no debe quedar ni chica ni grande.

Cuando se atiende solamente al niño para que sobreviva… sin alegría, ni esperanza, las “Alfaga” darán muy pocas puntadas y la capa quedará muy cortita, el niño no se sentirá protegido, no tendrá suficiente confianza en sí mismo. Y si su madre lo sobreprotege porque le tiene miedo a la soledad o porque ella necesita amor, entonces las “Alfaga” darán demasiadas puntadas, la “Libemor” quedará demasiado grande y se le enredará entre las piernas al niño y el niño no podrá caminar solo.

Y como saben ella cuántas puntadas dar?

No te preocupes –me dijo- cualquier madre sensata lo sabe muy bien. Un detalle importante que no te había mencionado –continuó el hada-, es que hay una clave secreta para que las agujas tejan.

¿Cuál es? – Me atreví a preguntar.

La clave es que la madre mire a sus hijos a los ojos cuando lo atiende… El la mirará a ella, y entonces, las agujas “Alfaga” se pondrán a trabajar!

Y si no se miran a los ojos?

Todas las madres miran a sus hijos a los ojos, así es como se comunican entre ellos. Si esto no ocurriera, sería muy preocupante.

Claro que generalmente las madres aman a sus hijos y les tejen
unas “Libemor” preciosas que harán posible que sus hijos puedan amar y confiar en el amor. Si no tienen “Libemor” no podrán amar –Añadió el Hada muy seria.

Y los papás qué hacen?

Cuando los padres atienden a sus hijos, también vuelan las agujas y dan unas puntadas muy vigorosas que producen unas capas muy resistentes y vistosas. Esos niños tendrán una enorme confianza en ellos mismos –añadió el Hada.

Y cuándo los niños crezcan? – No me cansaba yo de preguntar

Pues podrán amar! Amar no es otra cosa que quitarte tu Libemor y ponerla sobre los hombros de la persona que amas. Ese es el amor, don que los hombres pueden otorgar. Dicen, continuó el Hada, que la persona que recibe una Libemor siente un enorme bienestar, que es tanta la energía que recibe que hasta cosquillas le hace, y también dicen que si esa persona que tu amas coloca su Libemor sobre tus hombros te hace profundamente feliz, eso se llama reciprocidad y no hay nada mejor en este mundo.

Sólo los hombres que gustan de la vida y se aman a sí mismos pueden enseñar a sus hijos lo que son el amor y la alegría. No se trata de ocultarse bajo la máscara de la virtud sino de aprender a amar a la vida. “Si te amas a ti mismo amas a todos los demás como a ti mismo. Mientras ames a otra persona menos que a ti mismo, no lograrás realmente amarte, pero si amas a todos por igual, incluyéndote a ti, los amarás como una sola persona y esa persona es Dios y el hombre. Así pues, es una persona grande y virtuosa la que amándose a si misma, ama igualmente a todos los demás”. Si amas a la gente sin miedo, siempre recibirás amor. Es una ley.

Cuando dos personas se amaron, los hilos de sus capas se enredan y se hacen nudos muy fuertes, mas fuertes que el famoso “nudo gordiano” –dijo el Hada erudita- esos nudos deben desatarse para que cada quien conserve su Libemor. No pueden romperse, solo desatarse. Si tú deseaste ser amado y te esforzaste en conseguirle, adquiriste un compromiso muy grande. No es sólo halagar tu vanidad. Es una tremenda responsabilidad recibir una Libemor… hay que entenderlo muy bien para no dejar desnudo a nadie.

Y cómo se desatan las Libemor? Pregunté muy interesado.

Pues hablando! –Me dijo el Hada- Que no sabes que las mismas ganas que pusiste para que te amen debes ponerlas ahora para que te dejen de amar. Sólo puede renunciar al amor el que tiene amor. Cuando deseabas ser amado, querías ser escuchado. Ahora, ponte en el lugar de la otra persona escúchala. Ella sólo necesita decirte cuánto te ama y sentir que te interesa saberlo, eso la hará feliz y podrá recuperar su Libemor. Como me gustaría poder amar! –suspiró el Hada.

Por qué dices eso? –pregunté alarmado- Que tu no puedes amar?

No –me dijo con profunda tristeza- Solamente pueden amar las mujeres de verdad. Yo soy un Hada. Mi nombre es “Angelfer” Las Hadas solo concedemos favores.

Concédeme a mi uno! Yo estoy enamorado! –Le confesé al Hada con gran emoción y ella me sonrió con la enorme dulzura con la que le sonríen las Hadas a los que creen en ellas.

Tú también tienes que aprender a amar –me dijo- No hay tarea más difícil ni mas importante que aprender a amar sin miedo a la infelicidad, con espontaneidad, amar a la humanidad, a la vida, amar con responsabilidad, trabajar por lo que se ama. Mientras se aprende a amar se cometen errores que duelen y que lastiman, pero los errores son parte de la vida y se debe tener el valor de corregirlos. No importa cómo los hombres empiezan a vivir sino cómo terminan.

Si vives inspirado por el amor aprenderás por fin a amar con todo tu corazón, con alegría, sin reproches.

Y es posible? –Pregunté- No es soñar con una utopía?

Los grandes hombres sueñan con utopías y se esfuerzan por hacerlas realidad! –Me dijo- Tu no quieres creer?

Claro que quiero! –Respondí- Pero concédeme un favor!

Tu eres un niño, sabes! –Me dijo el Hada- Y nos reímos los dos con ganas. Y súbitamente sentimos que nos amábamos.

Luis Gadea de Nicolás